En las Pequeñas y Medianas empresas, al no cotizar en el mercados de valores, se observa un crecimiento exponencial menor en comparación con el resto de empresas, encontrándose en inferioridad de condiciones a la hora de conseguir recursos ajenos.
Prácticamente la única forma de capitalizar la empresa es autofinanciándose o solicitando financiación ajena instrumentada en préstamos y créditos concedidos por entidades financieras. Esto deriva en una mayor dependencia bancaria y unos costes financieros más elevados que en las empresas de mayor tamaño.
Como principales características del capital riesgo se pueden señalar las siguientes:
- Es un instrumento de financiación orientado principalmente a PYMES pertenecientes a sectores con un crecimiento estimado superior al crecimiento promedio como las TIC , y en fases de iniciación, porque son las que mayores posibilidades de expansión ofrecen, y mediante el cual una sociedad inversora especializada inyecta capital en otra en una proporción minoritaria y de manera temporal.
- El objetivo es obtener la mayor rentabilidad para ambas partes. El inversor en capital riesgo ofrece su experiencia en la gestión eficiente de empresas
- La sociedad receptora se limita a dejar entrar en su accionariado (normalmente la operación se articula a través de la compra de acciones) a la sociedad inversora prácticamente sin coste alguno, pero se hará cargo de los que se ocasionan con esta operación.
- La sociedad inversora asume riesgos mayores de los que normalmente estaría dispuesta a asumir cualquier entidad financiera puesto que la rentabilidad que obtiene el capital riesgo dependerá del crecimiento y rentabilidad que genere la empresa.
- Una vez la inversión haya madurado y se haya logrado el objetivo, el inversionista venderá la participaciones que posee en la compañía a través de una OPA (Oferta pública de acciones, venta a un inversor o recomprando la propia empresa receptora de la financiación estas acciones y obteniendo la sociedad de capital riesgo su capital más plusvalías.